Cuando me muera, quiero que digan que sigo viva en algún lugar del mundo. Antes me preocupaba de si quería ser enterrada o prefería que mi cuerpo se convirtiera en un puñado de cenizas. De hecho, ya lo tenía pensado: quería que me incineraran y que cada uno de mis amigos y familiares llevase un puñadito de mi a su lugar favorito del mundo. Y esparcirme por todo el planeta.
Pero es absurdo. Me da igual lo que hagáis con mi cuerpo. Ahora he decidido que quiero ser como Elvis o como Michael Jackson. Por mi, como si me cortáis en pedacitos. Lo que quiero es seguir viva después de muerta.
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